Caminas por una enorme superficie comercial, con baldas metalizadas en altas estanterías a tus lados, formando pasillos, el sitio te recuerda a un supermercado pero hay algo extraño… hay miles de productos de alimentación y limpieza del hogar, pero en cada balda solo se muestra un producto de cada…. No, no estás soñando, estás a las afueras de Michigan (USA) en el que es uno de los museos más raros del mundo desarrollado por GfK Custom Research North America: El Museo de los Productos Fallidos.
en este museo se ha recopilado durante años todos los productos que han sido un auténtico fracaso, productos que no encontrarás ya en ningún super del mundo y que fueron la fumada de opio de algún “genio del marketing” de alguna multinacional. Pobrecillos.
En qué cabeza cabe que se lance al mercado la Pepsi AM Cola-desayuno (lanzada en 1989 y retirada en 1990) un brebaje con menos gas y más cafeína (¬¬) ¿Qué niño tiene tanta resaca como para desayunar Pepsi un miércoles antes de ir al cole? y sobretodo, ¿Qué especie de madre chalada daría a sus hijos esto para desayunar? Los de Pepsi de todas formas son unos genios porque también lanzaron al mercado la Crystal Pepsi, la cola de siempre pero sin color ninguno, well done…
O el Ketchup verde y morado. Los genios de Heinz lanzaron al mercado un producto que tenía todas las de perder salvo que su cliente potencial fuera un daltónico perdido. Sí señores, ketchp morado y verde y azul y… en el país en que la gente es capaz de comer cualquier guarrería (desde hamburguesas de 1.000 calorías a los burritos de ternera picante y queso azul) se les revolvieron las tripas cuando les hicieron ver que su ketchup podía tener el color de un moco sideral. Mal rollito intestinal.
Pero este museo es un genial “¿Quién es Quién?” de las chorradas marketinianas, como la colección de cervezas cafeinadas que pueden observarse en sus largos pasillos, unos caramelos de menta que estaban envueltos en lo que parecía una papelina de crack (genial esa forma de meter a los más jóvenes en el mercado del mañana, come caramelos ahora pequeño, ya consumirás crack, ya…), o galletas de la suerte chinas de esas que dentro tiene un mensajito… para perros!!! Señores…un poco de seriedad por favor… Y un nobel por favor para los inventores de la limonada marca Frito… así te ahorras lo de mojar los fritos en la bebida y que quede todo engorrinado ¡Cuánto talento!
23 de abril de 1985, es un día que quedará para el recuerdo en la historia de las bebidas carbonatadas. Ese día los de Coca Cola anunciaron un cambio en su formula con más de 99 años de vigencia, lanzando la “Nueva Coca Cola”, Oh Oh…. Recibieron tal aluvión de cartas, llamadas y protestas varias que tuvieron que volver a poner la Coca Cola original, retirando la nueva, casi inmediatamente.
También hay grandes cerebros que han parido mágicos productos como la marca Singles (solteros) que puso a la venta comida pre-cocinada tamaño individual en frasco de potito de bebé, porque eso es lo que todo el mundo quiere: sentirse como un bebé gigante, solitario y mal alimentado (un aplauso para esta gente por favor!).
Tenemos en este peculiar museo una gran variedad de ejemplos de empresas que han creído que su ya famosa marca podría funcionar bien en nuevos productos que no tuviesen nada que ver con lo que hacían hasta ese momento. Productos como comida pre-cocinada marca Colgate (WTF?) sí, sí, como el dentífrico o el caso de BIC y sus bragas desechables. Los trajeados marketinianos de la empresa famosa por los bolis y cuchillas de afeitar de usar y tirar, pensaron que el mercado femenino estaba buscando un producto para ellas, y dijeron: “BRAGAS DESHECHABLES!” claaaaaro, super buena idea amiguitos… Ahí están, en el museo de las chuminadas que nunca funcionaron.
Observen a su derecha señores en el pasillo que recorremos a nuestro producto fallido: Gelatina de sabor a acelga. ¡Ñam Ñam! Pudiendo tomar gelatina de sabor a verdura repulsiva ¿quién quiere la de sabor a fresa o naranja? “for Saladas” para ensaladas dicen encima ¡ERROR!
Como muchos de los productos que expone este museo fue en si mismo una especie de accidente, aunque en este caso uno bueno, el ahora retirado Robert McMath, hombre de marketing en su día, solo buscaba hacer un glosario o enciclopedia de productos en general, no sólo de los fallidos, empezó en 1960, comprando y preservando un producto de cada de aquellos que se iban lanzando, pero dado que la probabilidad de que un producto fracase es del 90% la colección empezó a parecerse más a un museo de fallos que de acierto. Al final su apartamento de NY se quedo corto de espacio para albergar sus tesoros, el granero a las afueras que compró para guardar su creciente cole de productos también, hasta que la multinacional GfK se la compró y la llevó a Michigan. Y el museo es todo un éxito, especialmente entre ejecutivos que visitan el mismo para ver los errores del pasado de su compañía y de su competencia, porque no existe ningún record de cagadas comerciales como el del museo del señor McMath, las empresas desechan los malos, y solo guardan los buenos.
Bacon que metes en la tostadora y se cocina como si fuera pan (puaj!), la famosa Cherry Coke que en nuestro país fue un fracaso total, el Nissan Pajero (mágico nombre de erótico resultado en España), los mil sabores de Fruitopia que nunca fueron a ningún lado, los Mcspaguetti o los Fistros de Matutano, y miles de productos más que nunca fueron a ninguna parte. Un cementerio de todo lo chorra y gili que alguna vez fue el sueño de algún joven director de división, ¡bravo!