Tras las pelambreras de Madonna y los maniquíes “subersivos” que eran toda una oda al pelo femenino en salva sea la parte, parece que el laser diodo, luz pulsada, y todo invento de la Nasa similar está viviendo una crisis existencial. Bueno, no es que desde Chickensoup creamos que va a volver a ser todo medias-de-piel-de-camello en piernas que se niegan a que les pase la cuchilla, y bien de melenazas en las axilas, es que simplemente hay un fenómeno que cada día vemos con más fuerza aquí y allá, y que nos invita a dejar las cositas como venían de fábrica.
Pero claro ¿y si tu ya te gastaste un dineral en la luz alejandrita ultrasónica para tener un pubis tipo Nenuco y ahora te arrepientes y quieres volver a tener vello en el lugar más bello? Pues resulta que hay solución ¡y nosotros te lo contamos! Solución para el “repoblamiento” del monte de Venus (qué bonito) y para las cejas si se te fue la mano y las dejaste tipo Greta Garbo, incluso para la barba si es que tienes la mala fortuna de querer ser un hipster leñador y solo te crecen pequeños rodeles de cesped facial.
Se trata de una nueva máquina que hace todo esto ¡y mucho más! Mucho más porque puede repoblar una cabeza entera en sólo la mitad de tiempo que antes y además hay un 95% de los pelitos trasplantados sobreviven sin problemas. Y lo mismo funciona para barbas, bigotes, cejas, pubis, ¡y lo que te dé la gana! Claro que si tu idea es trasplantarte el nombre de tu novia con pelo en la espalda es muy posible que el Doctor Eduardo López Bran, director y fundador de la clínica IMEMA, donde hacen este tratamiento, se niegue porque es una persona muy cabal y muy sensata.
¿Qué porqué sabemos todo esto? Pues porque hace unas semanas pudimos ver en vivo y en directo cómo funcionaba la máquina ARTAS, con la que trabaja el doctor para hacer estos trasplantes y que es una autentica maravilla de la robótica. Y vimos cómo el robot escaneaba la cabeza del paciente (sí, lo que vimos fue un trasplante de zona con pelo a zona sin pelo en una cabeza, no de pubis, lo sentimos señores) escogía los pelillos más óptimos y los quitaba de la zona con más densidad (claro, no te lo va a quitar de la calva, diréis). Luego esos pelitos (unidades foliculares les llaman ellos) los implanta el propio doctor con sus manitas y sus abalorios, aunque el robot ayuda a escoger de lo que se tiene lo mejor y a que no se rompan ni se corte ningún valiosísimo pelillo, y a reducir el tiempo en el quirofano. Estupendo.
Así que si os animáis a haceros un trasplante de pelo facial para que os crezca una pobladísima barba/bigote o si queréis tener las cejas de la Delevigne podéis acudir a http://www.imema.es/ que son muy amables (a nosotros nos dieron merienda y todo) y os informáis, y si no siempre podéis ser un calvo con mucha dignidad y fama como el Dalai Lama, ¡feliz martes!